Llevo días sin ver el
sol. Mi casa se ha reducido a esa esquina fría de mi habitación.
Des de el pasado viernes
mi cuerpo se ha comprimido en una diminuta bola de carne. Mi alma asustada hizo
las maletas y me dijo adiós pegando un portazo. No la he vuelto a ver.
Mi cerebro se ha
desconectado y mi memoria ha sido borrada, he perdido la lógica y la razón. Mi
corazón late como si se tratara de la batería que da ritmo a una balada triste.
No hay nadie. Y si los hay yo no los veo.
No puedo ni quiero
moverme. No puedo porque el miedo me paraliza, no quiero porque ya tuve
suficiente.
De reojo lo miro. El baúl
sigue ahí, al lado de la puerta. Me bloquea el paso.
El baúl, el viernes lo
abrí. No sabía lo que había. ¡Lo juro! No lo sabía. Me da miedo. Aquello me golpeo,
y es que muchas veces el pasado sigue presente, guardado en un baúl…
¿Tú también tienes uno?